Navidad en la era de los celulares.



"Bal-ans, bal-ans" mas o menos eso le decía una adolescente indígena a su bebé que traía en brazos. Envuelta en reboso, con los pies descalzos, cabello largo, esperando a que el metro abra sus puertas en la estación Hidalgo. Alrededor de ella la misma gente valemadrista de siempre; el licenciado desempleado, el universitario con su novia, el maricón, el obrero. Todos con sus asuntos, todos con prisa, esclavos del reloj, dependientes a los celulares, vanidad, clientes del gusano naranja gigante que come y escupe gente, siempre viendo por ellos y nada mas.
Las cosas en el mundo de la miseria no son tan fáciles, no es como en las películas o las jaladas de Silvia Pinal, aquí no hay finales felices. No me vengas con que comprendes, no me vengas con que sabes que se siente, ni con que tu "altruismo" dona dos varos cada año a los pobres.
Viviendo entre drogadictos, corruptos, delincuentes, aprendes a ser frió, realista. Entonces sabes que la navidad no es más que un egoísmo, ya que por más que compartas en estas fechas, solo darás lo que no te afecta, una limosna. No imagino a Carlos Slim compartiendo la mitad de su fortuna solo por que su espíritu navideño se lo indica.
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Roberto es un tragafuegos como de ocho años, su papá es un marihuano perdido y ni conoce a su jefa. A su corta edad conoce el verdadero valor del dinero, sabe que hay que chingarse por un peso. Siempre lo veras con sus ropas raídas y sucias, aunque el trata de estar lo mas presentable posible.
Cuando lo conocí llego pidiéndome un varo "por que ya hace hambre", así que opte por invitarle unas quesadillas. Mientras comía me miraba y me decía "que chiido, mi comida preferida son las quesadillas", me reía con el a la vez que el nudo en la garganta se me hacia mas fuerte. "¿Qué te gustaría que te trajeran los reyes?" Le preguntaba como si fuese algún santaclos barato de fotografía, "no manches, los reyes no existen" me respondió y me hizo ver como un idiota, "bueno, pero que les pedirías si existieran" y pensó demasiado, como si realmente se fuera a cumplir su deseo, a diferencia de los programas de televisa el no pidió paz mundial ni una torta de jamón, y maliciosamente me dijo "mucho dinero".
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"Jajaja ni te queda el papel de humanista, defensor de pobres… deberían darte el Nóbel a la paz, imagina el encabezado de los periódicos ‘Nóbel a la paz para el hombre mas frió del mundo’ jajaja" se burlaba Alejandra de mi después de que le reproche que era una niña mimada que tenia todo menos cerebro.
Ella fue mi novia en la secundaria, y después de tanto tiempo me la encontré en alguna reunión cursi. Se había puesto más guapa de lo que estaba y más idiota de lo esperado.
Me presumía su nuevo celular, me hablaba de sus viajes y de su novio (que no dudo que sea otro idiota igual que ella).
Ella tiene la idea de que todos los niños de la calle son unos ladrones, vulgares y flojos. "Deberían tener un lugar especial en donde meterlos a todos" opinó y fue la gota que derramo el vaso, entonces le lanze una mirada de odio y le dije "¿eres socio-pata o algo así? No, más bien eres una tragacuandoledan. Apuesto a que cualquiera de esos niños tiene mas cerebro que tu". Entonces se burlo y se fue, me acabe mi cigarro y creo que la bilis empezó a gotear dentro de mi. Me quede viendo un árbol de navidad y pensé en el vació que hay en Alejandra, me dio lastima, la imagine comiendo langosta, de vestido rojo, bebiendo vino, brindando por nada. Después imagine a Roberto comiendo quesadillas, esperando el regalo que nunca llegara.

Comentarios

x3mw3rty dijo…
Como siempre, deacuerdo en algunas cuestiones contigo otras no tanto.

Pero mejor escribire un post y alli veremos nuestras diferencias.

Chingon por las quekas del morro we :P
En ciertos momentos te das cuenta de la frivolidad del mundo y la sociedad, que todo los buenos deseos que aparenten solo son para ellos mismos, claro no el 100% pero si, la sociedad es muy frivola, que buen gesto (si es que fue realidad y no una fantasia) lo de las quecas

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