Temporada de mentiras.

Catorce años y pensaba que su vida era una novela. Grave error. ¿Acaso nunca supo cual es el mejor truco del diablo? Paso su tercer año de secundaria en drogas, rocanrol, vive-rápido-muere-joven. Tantas maquetas en casa de la mejor amiga, tantas idas de pinta, tantos “necesito dinero para…”, los padres nunca verán mas allá de “m’ija siempre llega antes de las 4”. Un tabaco a la salida, un novio de 18, free de 25, sexo con un perfecto desconocido, carita de yo-no-hago-nada-malo, caspa de diablo en la nariz pa’ sentirse mayor. Pero que carajos podemos esperar si su masa encefálica siempre estuvo expuesta a las estimulaciones de Televisa, canciones de Avril Lavigne e ideología barata o nula. Cosas de la modernidad y el desarrollo de la sociedad del siglo XXI. Ahora me es difícil recordar su nombre, creo que empezaba con J, pero se en que acabo su novela: en un círculo vicioso sin final feliz, a la espera de aquel príncipe azul que le rescate de ese infierno llamado soledad, depresión, flacidez, masturbación, tabaquismo, alcohol, etc, etc, etc.




La mejor manera de describir a un idiota es no hacerlo. Este chico es el típico ni-ni (como odio esos nuevos términos que se inventan en la actualidad), refugiando su locura en el amor, haciéndose el mártir, alcoholizándose porque “nadie me comprende”, viviendo al día; y que bien es todo hasta ahí, hasta yo envidiaría esa forma de ser. Lo que realmente hace hervir la sangre de cualquiera, es la forma en la que trata a su madre: groserías, gritos, golpes… a todo se va acostumbrando uno y la señora se limitaba a decir “yo tengo la culpa de que el sea así”. Otro mas que no sabe cuál es el mejor truco del diablo, ahora está perdido, sin rumbo y quién sabe si encuentre la verdad en sus mentiras.




Esta historia es especial. Nació en un pueblo remoto y sin esperanzas. Sin electricidad, sin comida instantánea, sin T.V., tal vez radio. Su padre murió cuando ella apenas empezaba a desarrollar su capacidad de razonamiento. Después tuvo que trabajar para ayudar a su madre que se convirtió en alcohólica. No llego a cuarto año de primaria, no conoció a los Beatles, no supo lo que era salir un viernes a ligar, ni conoció los looks citadinos de los años 70’s y así creció en aquel caluroso pueblo al sur del país, bajo esa mentalidad retrograda que las zonas indígenas tienen bien impregnada. Llego a la ciudad a los 15 años para buscar un buen trabajo: limpiar casas de ricos. ¿Habría tenido un momento de felicidad en esta etapa de su vida? Nunca conoció el amor (otra palabra que no me gusta usar), o tal vez si, no lo sabremos. Digamos que por las situaciones ideológicas fue obligada a casarse con un buen tipo por el cual no sentía absolutamente nada, ni curiosidad, pero con él ha vivido “felizmente” hasta el momento. Aun no sé si ha encontrado el sentido de su vida, pero a veces la escucho sollozar por que las cosas no le salen bien.




¿Qué habría pensado el General Lázaro Cárdenas cuando expropio el petróleo? Seguramente no pensó en el, ni en su gabinete, ni en su familia. Seguramente pensó en México dentro de 50 años; y debe de estar boquiabierto al ver que todos sus esfuerzos para convertirnos en un país primermundista fueron en vano. Tanta ambición, tanta mediocridad, tantos pozos perforados a lo idiota hicieron que el monstruo petrolero que fue México se convirtiera en un fracaso más de la historia petrolera mundial. Tantos estudiantes de Ingeniería petrolera que están en la carrera por circunstancias y no por convicción y que se preocupan más por banalidades como escribir en un blog, tocar guitarra, beber cerveza, chatear

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